El flúor es tóxico. Así comienza una afirmación que puede generar alarma, dudas… y también mucha desinformación. En este artículo queremos explicarte, desde una perspectiva científica y odontológica, qué hay de cierto en esta frase y por qué el flúor sigue siendo una herramienta clave en la prevención de caries cuando se utiliza correctamente.
¿Por qué se dice que el flúor es tóxico?
Sí, el flúor puede ser tóxico. Se ha clasificado como un neurotóxico y algunos estudios lo han relacionado con la calcificación de huesos en desarrollo, así como con su presencia en placas de ateroma o en la glándula pineal. ¿Te sorprende?
Piénsalo así: también lo son el paracetamol, el ibuprofeno o cualquier fármaco común que consumes a diario. La clave está en un concepto fundamental: la dosis.
La toxicidad del flúor depende de la dosis
La ciencia es clara: el flúor, como la mayoría de fármacos y sustancias químicas, es dosis-dependiente. Esto significa que su efecto —beneficioso o perjudicial— depende directamente de la cantidad a la que estés expuesto.
Afortunadamente, el umbral de seguridad del flúor está muy bien estudiado. Esto permite que podamos utilizarlo de forma segura y eficaz, tanto en la clínica como en casa, siempre bajo las indicaciones profesionales adecuadas.
El flúor en odontología: décadas de eficacia
El flúor ha sido, durante décadas, uno de los pilares fundamentales en la prevención de la caries dental. Su uso se ha centrado en dos vías principales:
- Aplicaciones tópicas profesionales: barnices, geles y tratamientos aplicados por el odontólogo.
- Uso doméstico controlado: pastas dentales y colutorios fluorados.
Aunque en el pasado se administró flúor por vía sistémica (como en el agua potable o suplementos), hoy sabemos que su mayor eficacia y seguridad se obtiene cuando se aplica directamente sobre el diente. Por eso, muchos países han dejado de fluorar el agua, apostando por la aplicación tópica como vía más segura y efectiva.
¿Por qué no deberías evitar el flúor en productos dentales?
En los últimos años ha ganado fuerza una corriente que promueve el uso de productos “libres de tóxicos”, eliminando también el flúor. Aunque esta tendencia parte de una buena intención, puede tener consecuencias negativas muy serias para la salud bucodental.
Numerosos estudios avalan que el uso de flúor en pastas dentales en concentraciones adecuadas es seguro y altamente eficaz en la prevención y tratamiento de caries. Eliminarlo por completo puede suponer un incremento preocupante de enfermedades bucodentales, sobre todo en niños.
El flúor: un protector accesible para toda la población
El flúor es un agente “democrático” en salud dental: con una inversión mínima, puede proteger a una gran parte de la población, especialmente a quienes tienen un acceso limitado a tratamientos odontológicos avanzados.
Prevenir caries con flúor es mucho más económico y efectivo que tratar una caries avanzada, una endodoncia o una extracción.
Conclusión: el flúor, como todo, necesita un uso responsable
En resumen: sí, el flúor puede ser tóxico —igual que cualquier sustancia— pero cuando se usa en las dosis recomendadas es seguro y extremadamente beneficioso para tu salud bucodental.
En nuestra clínica apostamos por la prevención basada en la evidencia científica y en el uso responsable de los tratamientos más eficaces. No dejes que el miedo o la desinformación comprometan tu salud dental.
¿Tienes más dudas sobre el uso del flúor o la mejor rutina de higiene dental para ti o tus hijos? En Clínica Dental Martí Ainsa en Maó estaremos encantadas de ayudarte.